«Aunque la mona se vista de seda, mona se queda» no siempre se cumple. Una figura bien maqueada puede mejorar mucho su aspecto, y el color es uno de los primeros puntos a tocar.
Para esta máquina elevadora dirigida a los más pequeños (Monkey Jump de Falgas), usar unos colores brillantes era indiscutible. La figura de la máquina está muy relacionada con el videojuego que lleva (desarrollado por Rubén Izquierdo), por eso navega entre un kiddie y un simulador.
En el videojuego hemos de conseguir que un mono trepe a las palmeras y atrape todas las frutas que pueda sin que las bandadas de pájaros lo hagan caer. Cuando el mono trepa, la sillita donde se sienta el niño sube. Cuando el mono cae, la sillita baja.
Los adhesivos debían ser acordes también, por ello se utilizaron gráficos del propio videojuego y se adaptaron a las partes más practicables de la figura.
Cuando la mona se viste de seda… más guapa está ¿no? ^^